
Mi aventura con la lactancia materna: mi experiencia
Cómo empecé a dar el pecho a mi bebé y dónde estoy ahora
Este artículo no pretende decir lo que está bien o mal sobre la lactancia materna, ni dar consejos sobre lo que debe hacerse. En absoluto. Cada madre, cada bebé, cada familia y cada situación son únicos, y lo que funciona para una no tiene por qué funcionar para otra.
Con este relato, simplemente quiero compartir mi experiencia en esta aventura que es la lactancia materna, hecha de altibajos, mucho amor y paciencia, pero también cansancio y carga mental.
Cómo empecé a dar el pecho a mi bebé
La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva a demanda durante los 6 primeros meses. Esto maximiza los beneficios para la salud del bebé, ya que la leche materna se adapta naturalmente a sus necesidades.
Y es cierto: la leche materna es un pequeño elixir que potencia la salud del bebé.
Partiendo de esta base que conocía, embarazada me dije: Mira, ya veremos, si va bien le daré el pecho, y si no va bien no será el fin del mundo, nuestro bebé tomará un biberón. Hoy en día hay muchas leches de fórmula de calidad en el mercado.

Spoiler: He tenido mucha suerte. La lactancia ha ido muy bien y no hemos tenido ningún problema importante. Físicamente, todo fue bien; mentalmente, el cansancio sigue siendo un verdadero tema.
Cuando nació Lía, la matrona me dijo: «Ponla al pecho». En realidad, ni siquiera sabía cómo hacerlo, ni qué postura adoptar. Me lo enseñó y empezamos nuestra gran aventura láctea… ¡que aún continúa!
Lía se agarró al pecho enseguida y, naturalmente, supo succionar y colocar la boca en «boca de pez» para que la acción de succión fuera eficaz y no me doliera.
La famosa subida de leche fue bastante impresionante, pero como mi bebé mamaba bien y con regularidad, todo fue bien. Mi amiga Alizé me trajo unas hojas de col para poner en la nevera y aliviar y prevenir la congestión: ¡muy eficaces! También había comprado unos pequeños parches para poner en los pezones, que hidrataban y calmaban.
Al principio, estaba un poco confusa a la hora colocar Lía en mi pecho: no sabía si mi bebé estaba en la posición correcta. Recuerdo que era mi pareja quien me ayudaba a ponerla al pecho porque yo no podía ver si estaba en paralelo, si tenía la barbilla levantada, etcétera. Eso duró unas semanas. Después, fue mágico: coges a tu bebé y lo pones al pecho todo de forma muy natural. Y más tarde, cuando termina la etapa recién nacido, ya da igual en qué posición estemos, todo funcionaba. ¡Entonces es cuando te sientes como una auténtica profesional!
Mis pros y mis contras de la lactancia materna
Pros:
1- No hay nada mejor para la salud del bebé.
2- No necesitas casi nada, ¡sólo tus pechos! Durante los 6 primeros meses (lactancia materna exclusiva), es muy sencillo para salir de casa solo necesitas: unos pañales, un cambio de ropa y listo. No necesitas biberones ni leche en polvo. Por ejemplo, nos fuimos de vacaciones con nuestro bebé de 3 meses y tuvimos que llevarnos muy pocas cosas. Pero a los 9 meses, cuando tu bebé ya come, necesitas llevarte un montón de cosas, entre snacks, potitos, biberones (para la lactancia mixta) y juguetes, es otra historia, ¡y mucho más ajetreada!
3- Puedes calmar a tu bebé fácilmente, en cualquier lugar y en cualquier momento. Si algo le duele, si tiene miedo, si está cansado, le das el pecho y se acabaron los llantos.
4- Puedes dormir a tu bebé en cualquier sitio: práctico cuando sales o vas a cenar por allí, permite mucha flexibilidad.
5- Ver a tu bebé alimentarse de tu pecho crea una inmensa oleada de amor y refuerza el vínculo.
Contras:
1- ¡Volver al trabajo si estás amamantando a tu bebé puede ser estresante! La extracción de leche puede llevar mucho tiempo. Yo volví al trabajo a los 4,5 meses y, aunque trabajaba desde casa, rápidamente pasé a la lactancia mixta porque me ocupaba demasiado tiempo y energía sacar la leche con un saca leches.
2- A partir de los 6 meses, requiere más energía y paciencia. En retrospectiva, quizá hubiera sido mejor dejarlo allí, pero no era el momento adecuado para nuestra familia, así que no me arrepiento.
3- Dependencia de mamá: menos libertad. Hoy, a los 20 meses, Lía sigue necesitando el pecho para dormirse, lo que dificulta la organización de las cosas cuando yo no estoy.
4- Cansancio y despertares nocturnos: el bebé sigue despertándose para alimentarse y encontrar consuelo durante la noche. En nuestro caso unas 2 o 3 veces por noche.

Lactancia materna prolongada
Como puedes ver, hay muchos pros, pero también muchos contras. Entonces, ¿por qué continuar la lactancia después de 6 meses? Incluso después de un año, la leche materna sigue evolucionando para satisfacer las necesidades de tu bebé. Sigue siendo una valiosa fuente de proteínas, grasas saludables, vitaminas y anticuerpos. Esta riqueza nutricional favorece el crecimiento de tu bebé a la vez que refuerza su sistema inmunitario, ayudándole a protegerse contra ciertas infecciones, alergias y enfermedades.
La verdadera cuestión para mí hoy es cuándo y cómo parar la lactancia materna.
Para mi hija, tomar el pecho es mucho más que una comida, es una forma de tranquilizarse y reconfortarse. A los 20 meses, es especialmente difícil por la tarde y por la noche ya que durante el día no lo necesita y prácticamente nunca lo pide.
Aunque no tenga ninguna repercusión, es cierto que a veces sentimos cómo nos miran los demás: dar el pecho a un bebé de más de un año sigue estando un poco mal visto. O comentarios del tipo, a ver cuando le dejáis, Lía ya es mayor.
Nuestra idea es dejar de hacerlo alrededor de los 2 años. Mientras tanto, hemos pensado en reducir al máximo el número de tomas y limitarnos a las imprescindibles. Espero que terminar con la lactancia ocurra de la forma más natural posible.
¡Te mantendré informado!
Y tú, ¿has dado el pecho? ¿Hasta cuándo? Y si es así, ¿cómo dejaste de hacerlo?
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