
La vida es sencilla, eres tú quien la complica cuando te olvidas de ti.
Tú ya lo sabes, pero te enseñaron a dudar.
Lo que te obstaculiza nunca ha sido tuyo y lo que te complica no eres tú, son los filtros que te han enseñado a ponerte. La vida es sencilla, descubre cómo.
A veces crees que eres tu peor enemiga, que te estás saboteando, que eres demasiado lenta, demasiado indecisa, demasiado dispersa… Pero, ¿y si no es verdad?
¿Y si no fueran TUS pensamientos, TUS miedos, TUS límites?
¿Y si lo que te impide avanzar con claridad, poder y alegría es simplemente una acumulación de capas que no te pertenecen? ¿Unas capas de legados mentales, emocionales y culturales que no te pertenecen y que llevas como una segunda piel a tu pesar?
Reconocer y soltar las proyecciones externas
He aquí un planteamiento fundamental: ¿y si la vida fuera sencilla y todo lo que tuviéramos que hacer fuera salir de los filtros ajenos para recuperar nuestra soberanía?
No eres tú quien complica las cosas.
Es todo lo que te han echado encima, todo lo que te han dicho sobre ti, en un momento en que eras DEMASIADO joven o estabas DEMASIADO enamorada o DEMASIADO hambrienta de reconocimiento para decir que no y ahora tienes dudas.
¿Crees que dudas de ti misma?
Pero no dudas de ti misma.
Dudas de la versión de ti misma que te han descrito.
Dudas de la imagen que se ha proyectado sobre ti: tímida, demasiado sensible, poco clara, demasiado intensa, poco fiable, demasiado soñadora, demasiado rápida o poco estable.

La sabiduría está dentro de ti: atrévete a volver a tu esencia
¿Y si ya lo sabías?
Te hemos dicho muchas cosas que no sabes.
Que tenías que aprender, mejorar, corregir, evolucionar, convertirte… Pero, ¿y si ya lo sabías? ¿Y si lo que tuvieras que hacer no fuera «mirar más lejos», sino acercarte? Tu sabiduría no viene de fuera, sino de dentro. Ha sido cubierta por verdades ajenas, normas aprendidas, mandatos silenciosos. Los miedos de los demás han esculpido tu mundo y sus heridas han dado forma a tus vacilaciones.
La duda no es un fracaso. Es una señal.
Una señal de que te has alejado de ti misma. De que has cambiado tu brújula por un mapa colectivo.
Que sigas caminos trillados que no conducen a tu casa. Sientes ese malestar difuso, esa pérdida de ganas, ese cansancio extraño cuando haces todo «como debe hacerse» pero nada vibra. No es una casualidad, es tu alma tocando un tambor, es tu esencia llamándote.
Despéjate para encontrarte a ti misma
No se trata de convertirte en una nueva versión de ti misma, sino de desaprender para volver a ser tú misma.
Se trata de despojarte de capas innecesarias, derretir miedos aprendidos y reabrir el espacio para tus verdaderas necesidades.
Este proceso nos devuelve al centro y es radical. No se trata de violencia, sino de autenticidad, porque requiere que mires lo que sigues manteniendo para ser amada. Lo que mantienes para no desagradar, lo que callas para no ser rechazada y sobre todo: todo lo que sabes pero pretendes ignorar.
Ya lo sabes. Siempre lo has sabido.
Pero te enseñaron a pedir permiso. Te enseñaron a dudar de tu fuego. Te enseñaron a apagar tu intuición. A pensar en vez de sentir.
Actuar en lugar de encarnar. No tiene por qué ser así.
Volver a ti misma no es egoísta
Porque cuando te atreves a ser plenamente tú, abres un espacio. Un espacio en el que los demás también pueden permitirse, un espacio en el que la verdad vuelve a cobrar vida. Un espacio donde la alegría se vuelve contagiosa y donde el impulso vuelve a ser posible. Volver a ti misma es una elección valiente, para dejar de definirte a través de los ojos de los demás, sino a través de la vibración de tu ser.
¿Quieres cambiar tu vida?
Así que empieza por eliminar lo que no es tuyo:
Expectativas que no resuenan.
Obligaciones que te agotan.
Compromisos adquiridos por miedo.
Empieza por escucharte, sentirte y preguntarte:
– ¿Qué es verdad para mí, ahora mismo?
– Si no temiera ni el juicio ni el fracaso… ¿qué haría?
– Y si me atreviera a crear a partir de mi fuego interior, ¿qué nacería?
Si sientes que estas palabras hablan directamente a tu corazón, entonces la llamada ya está ahí.
Quizá te encuentres en una encrucijada.
Tal vez ya no quieras fingir.
Quizá sientes que ha llegado el momento… pero no sabes por dónde empezar.
Porque no necesitas una nueva versión de ti misma.
Necesitas reconectar con la persona que nunca has dejado de ser.
3 formas sencillas de volver a tu verdad = la vida es sencilla
Porque leer no basta, aquí tienes 3 prácticas sencillas para encarnar una vida más libre y volver a tu verdad:
1. El ejercicio del espejo: «Mi verdad frente al miedo de los demás».
Duración: 10 min,
Materiales: un espejo y un cuaderno.
Objetivo: separar tus impulsos de lo que otros te han transmitido.
Mírate en el espejo. Hazte esta pregunta en voz alta:
«¿Qué he dejado de lado en mi interior porque alguien me dijo que no era posible, ni sensato, ni razonable?».
Deja que ocurra. Sin juzgar. Tómate tu tiempo, aunque sientas que no ocurre nada, deja que ocurra sin esperar.
Después escribe: «Mi verdad es…».
Y escribe lo que tu corazón quiera decirte.
2. Autodeclaración matutina: «Yo soy«
Duración: de 2 a 3 minutos al día
Objetivo: reinformar tu sistema de creencias.
Cada mañana y cada noche, repítete esta declaración en voz alta y siéntela en tu cuerpo:
«Yo soy quien soy, sea quien sea, soy suficiente».
Puedes escribirla y pegarla en una pared, en una puerta o en tu espejo.
3. El «escáner de la verdad» antes de cualquier decisión
Duración: 1 min
Objetivo: asegurarte de que tus elecciones proceden de ti, no de condicionamientos
Antes de decir «sí o no» a algo, pregúntate simplemente:
«¿Esta elección procede de mi corazón… o del miedo a decepcionar?» y
«¿Es un impulso… o un hábito?».
El cuerpo sabe, si se contrae o frena, entonces la elección es hacia el no.
Si se abre o avanza, la elección es hacia el sí.
¿Listo para transformar tu vida?
Para ir más lejos, si estas palabras resuenan en ti, no las dejes morir en silencio. La vida es sencilla, ya verás.
No vuelvas a tu rutina y esperes que desaparezca.
Ya lo sabes, ya lo sientes, ya estás preparada.
Y si te apetece, eso es lo que te propongo a través de nuestros acompañamientos, una vuelta al centro de una misma, un entretejer el ser, el cuerpo, la voz y el impulso. Te ayudamos a leer tu vida con ojos nuevos. Te ayudamos a ver con claridad en la noche, a oír en medio del ruido. Te ayudamos a escuchar lo que lleva años llamando a tu puerta.
Sabes que estás en un punto de inflexión. Sientes que lo que estás viviendo ya no puede aplazarse. Un primer paso puede ser suficiente… La gente nos elige para mejorar. Nos eligen para no volver a traicionarse. Descubre nuestro programa «Corazón, cuerpo y mente» y encuentra el camino hacia una vida a tu medida

Recuerda revisar tu bandeja de Spam y asegúrate de que recibes las novedades Potoroze más top. No olvides añadir nuestro correo a tus direcciones favoritas.