
No estás rota
Cansancio, malestar, pérdida de sentido: ¿y si fuera el inicio de una transformación interior?
No estás rota.
Te estás volviendo más real.
¿Y si tu malestar no fuera una herida, sino una llamada?

Reconocer los signos de la transición interior
Hay momentos en los que todo parece borroso.
Donde desaparecen los puntos de referencia.
Donde te encuentras sin saber ya lo que quieres, lo que amas o incluso quién eres.
Palabras como “cansada”, “harta”, “pérdida de sentido” encubren un sentimiento más profundo, más íntimo, más inquietante. Un sentimiento de estar fuera de lugar, de representar un papel, de llevar un traje ajustado. Un vacío o un desbordamiento. Un punto intermedio. Una llamada que no podemos nombrar.
¿Y si no fue una falta?
¿Y si no fue una caída?
¿Y si fue un paso sabio?
El síntoma como umbral
Hemos aprendido a desconfiar del malestar, a diagnosticarlo, a compensarlo, a silenciarlo.
Pero rara vez escuchamos. ¿Y si este malestar fuera un lenguaje sagrado, una forma de que nuestro ser más íntimo dijera :
«Lo que estás viviendo ya no te conviene.
Lo que muestras ya no eres tú.
Lo que haces ya no está al servicio de tu alma.
Lo que sientes puede que no sea una “herida que necesita curarse”, sino una verdad que te empuja a nacer. Algo que se retuerce en tu interior porque ya es hora de que cambies de piel.
Lo que estás viviendo no es un final, sino una iniciación
Cuando todo se desmorona, no siempre es una pérdida. A veces es una muda.
Una invitación a ir más bajo que las expectativas, más profundo que los condicionamientos.
A ese lugar dentro de ti donde aún late la verdad. Ese lugar que está crudo, desordenado a veces, pero vivo. Intacto.
Ahí es donde empieza todo.
No en lo que “sabes hacer”, sino en lo que estás llamado a ser.
Lo que estás viviendo es una iniciación. Es un rito invisible que nadie te ha enseñado a reconocer, pero que tu alma sabe perfectamente cómo leer.

El verdadero cambio: de intentar mejorar a intentar volver a ser tú
Ésta es quizá la mayor revolución interior de nuestro tiempo: deja de buscar soluciones. Y empieza a recordarte a ti misma.
No estás rota.
Estás en transición.
No estás perdida.
Abandonas lo que ya no te pertenece.
¿Y si, en lugar de querer “curarte rápidamente”, echaras un vistazo a este pasaje?
¿Y si, en lugar de buscar una salida, buscaras la verdad?
Reconocer las señales de vuelco
He aquí algunas frases que suelen oírse en estos momentos clave. Si te hablan, que sepas que no estás sola:
“Debería ser feliz, pero hay algo que no me gusta”.
“Ya no me apetece hacer lo que hago, pero no sé qué más hacer”.
“Ya no me reconozco en mis relaciones, mis elecciones, mi ritmo”.
“Siento que hay algo más ahí fuera, pero no sé cómo llegar”.
Son llamadas del alma.
Señales de reajuste.
Invitaciones a volver a casa, a ti misma.
¿Valor de verdad? Ralentizarte para escuchar
El mundo que nos rodea valora la velocidad, y frenar es un acto radical.
Instalarte en lo que sientes, sin intentar realizar una cura, es un acto de poder.
Olvida el “debo”, el “debería”, los mandatos de estar bien y escuchar.
Escucha lo que tu cuerpo te repite en silencio, lo que tu corazón ya sabe. Lo que tu ser lleva tanto tiempo intentando decirte, bajo las capas de funcionamientos, expectativas y legados.
Fatiga emocional: ralentizar el ritmo para reencontrarte a ti misma
¿Y ahora qué?
Ahora respira.
Permítete no saber.
Permítete estar en transición.
Estar entre dos orillas, en esa zona difusa y fértil que también llamamos la verdad en ciernes.
Disfruta, disfruta del verano, del sol, de los sonidos, de los olores, de las sensaciones…
Ahora es el momento
El mundo exterior empuja y empuja y estira, pero tu yo interior puede estar susurrándote lo contrario.
Quizá sea precisamente ahora cuando necesitas ir más despacio.
Hacer menos para sentir más.
Salir del ritmo colectivo para encontrar tu tempo interior, el que no grita pero sabe.
¿Y si te redescubrieras en una frecuencia diferente? En la tuya propia.
Elegir encontrarte a ti misma no es lo mismo que huir del mundo.
Al contrario, significa anclarte en ella con una nueva claridad.
Si necesitas un lugar donde descansar, donde ser escuchada sin ser reparada, donde volver a tejer los hilos entre tu alma y tu vida… busca a quienes recorren este camino. Están ahí fuera.
Y quizás, al leer esto, reconozcas en ti lo que siempre has estado buscando: no respuestas, sino un retorno a la presencia.

¿Lista para dar el primer paso hacia ti misma?
Si estas palabras resuenan en tu interior, quizá sea porque tú también estás al límite.
Entre lo que ya no tiene sentido y lo que aún no ha nacido.
Entre el mundo que has aprendido a soportar y el mundo en el que tu alma exige por fin vivir.
Hay lugares donde puedes descansar, escuchar y reconectar contigo misma.
Por eso hemos creado el programa Corazón, cuerpo & mente.
Es un programa de 5 semanas diseñado para quienes sienten que ha llegado el momento de parar, de mirar hacia dentro y de volver a empezar… desde sí mismas.
No se trata de cambiarte.
Se trata de reconocerte.
De escucharte con honestidad y empezar a construir una vida más tuya, más serena, más alineada.
Durante este recorrido, te acompañamos a:
✨ Volver a ti, paso a paso, sin prisa, sin exigencias
✨ Volver a tu cuerpo y tus ritmos naturales.
✨ Aprender a crear rituales diarios que te sostengan.
✨ Ordenar tu espacio externo para armonizar tu mundo interior.
✨ Revisar tus vínculos, tu forma de relacionarte contigo y con los demás.
✨ Reconectar con tu alegría, tu intuición y tu verdad.
Este programa es para ti si estás en ese momento entre dos orillas.
Si sientes que necesitas parar, soltar, sentir… y volver a empezar.
No es una fórmula mágica.
Es un acompañamiento suave, real y profundo.
Un espacio para respirar.
Para escucharte.
Y para empezar a vivir a tu manera.
Porque no estás rota.
Estás volviendo a ti.
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