Cultivar tus propios alimentos puede resultar verdaderamente ventajoso ya que además de los beneficios asociados a la jardinería (tanto para la salud mental como para la física) comerás más sano y ahorrarás algo de dinero en la compra.

A continuación te contamos cuáles son algunos de los alimentos más sencillos de cultivar desde casa. Debes tener en cuenta que uno de los aspectos más importantes para el éxito de nuestro huerto urbano es la luz natural.

AGUACATE

Coge el hueso de uno de estos frutos y déjalo en remojo durante unas horas para que se ablande. Clávale cuatro palillos en forma de cruz para que, en un recipiente con agua, pueda mantenerse a flote y sólo su parte inferior esté en contacto con el agua. En cuestión de un mes, más o menos, verás cómo empieza a germinar. Entonces, estará listo para ser plantado en una maceta y esperar el resultado.

Será necesario un riego constante, que la tierra siempre esté húmeda. Y deberás ubicarlo en semisombra.

CEBOLLETAS

¿Sabías que puedes cultivar una y otra vez las cebolletas que compras en el supermercado? Si, ¡puedes reutilizarlas y es así de sencillo!

Guarda la base blanca, de donde brotan unas pequeñas raíces. Ponlas en un vaso con agua,
con las raíces hacia abajo. Después de unos días, empezarán a brotar de nuevo. Mételas en
una maceta con tierra, con las raíces a unos centímetros de profundidad y déjalas crecer hasta
alcanzar el tamaño justo para ser consumidas.

LECHUGA

Es posible obtener tus propias lechugas sin necesidad de semillas. Tan sólo debes reservar los corazones de lechuga que te sobren en casa. Córtale la base y colócala en un recipiente con poca agua. Unas dos semanas después ya habrá brotado y podrás trasplantarla a una maceta, cubriendo la cabeza y dejando el brote en la superficie.

Las lechugas necesitan riego constante y que la tierra esté siempre húmeda. Sombra mientras
germina y luego semisombra.

JENGIBRE

Planta una pieza de esta raíz con los brotes más grandes hacia arriba y mantén la tierra siempre húmeda y alejada de las bajas temperaturas. Puedes plantar varias de ellas en una misma maceta, ya que sus hojas son finas y muy bonitas. Así que quedará genial en tu cocina y terraza.

Para acelerar el proceso, puedes dejar la pieza toda una noche en remojo antes de plantarla
en la tierra.

APIO

Del mismo modo que hacemos con la lechuga, reservamos la base de un apio y la dejamos en un pequeño cuenco o vaso con agua. Sobre unos 10 días después, veremos como ha brotado sobre su misma base. Entonces será el momento de pasarlo a una maceta, dejando la base bajo tierra y los brotes sobre ésta.

ALBAHACA

Coloca varios tallos de albahaca de unos 3-4 cm en un vaso con agua y déjalo a la luz del sol.
Cuando veas crecer raíces y éstas lleguen a alcanzar un par de centímetros, planta los tallos en
una maceta. En poco tiempo se habrá convertido en una bonita planta.