Oser le changement et transformer sa vie

¡Quiero cambiar mi vida!

¿Cómo hacer un cambio de vida y empezar de nuevo para ser feliz?

Cambiar de vida, de ambiente, de trabajo, de amor… En determinados momentos, todas hemos soñado con ello o lo hemos necesitado. Y a todas también nos ha dado un poco de miedo… En ocasiones es más cómodo quedarse en una situación que no es adecuada para nosotras que atrevernos a cambiar y lanzarnos a lo desconocido, aun cuando en el fondo sepamos que es lo mejor para nosotras. ¿Cómo dar un cambio?

En este artículo descubrirás todos nuestros consejos para conseguir un cambio de vida y para que te atrevas a empezar de nuevo.

« UNA VIDA ESTÁ HECHA DE DETALLES, PERO UN SOLO DETALLE PUEDE CAMBIAR UNA VIDA »

Goyer Rémi


Pourquoi accepter le changement ?

¿Por qué tengo miedo al cambio?

¿Por qué ponemos tantos impedimentos, tenemos tantas dudas y nos tomamos tanto tiempo antes de atrevernos a cambiar aquello que ya no es bueno para nosotras? Atreverse a cambiar tiene un alcance e impacto mucho mayor de lo que pudiera parecer. Supone aceptar no saber, no gestionar, no encuadrar. Es dejar marchar y dejar atrás lo conocido sin saber qué vendrá en su lugar: lo desconocido.

¿Cómo superar el miedo a los cambios?

Un cambio implica reorganizar tu propia realidad. Acepto salir de mi zona de confort y acepto iniciar la transformación de mi vida, total o parcialmente. Tengo la suficiente confianza en mí misma como para liberarme de mis miedos y abrazar lo desconocido.

Acepto el miedo al cambio, el miedo a avanzar es totalmente natural. El miedo nos permite plantearnos preguntas necesarias, estar atentas a nuestra seguridad, a los peligros, nos ha permitido sobrevivir desde el principio de los tiempos. Lo que no es nada beneficioso es cuando ese miedo nos impide y frena nuestras necesidades…

Atreverse a cambiar implica transformarse,  enfrentarnos a nuestros miedos y descubrir qué esconden. ¿Cuáles son estos miedos?

El miedo a la pérdida

Lo nuevo entierra lo viejo. Esto implica enfrentarse a la pérdida: de una relación, de un lugar, de una rutina con la que nos identificamos, de una pareja en una ruptura, de un trabajo, del lugar donde vivimos… Es entonces cuando comienza el duelo, un proceso necesario para empezar una nueva vida, para que asimilemos, integremos y nos adaptemos a nuestra nueva realidad. Como ya sabemos todas, el duelo es una etapa que suele ser difícil de atravesar. Lanzarse voluntariamente a esta experiencia supone todo un desafío.

El miedo a cometer un error

Cambiar implica tomar decisiones y no sabemos si estas decisiones serán las correctas o no. Las preguntas se atropellan, nuestras heridas gritan: y si no fuera capaz de… y si como siempre hice una mala elección… nuestras carencias y excesos aprovechan para asomar la nariz, aprovechemos nosotras para deshacernos de ellos, ¡es el momento perfecto!

El miedo a privarse

Elegir también supone renunciar y en cierto modo privarse de todo lo demás. Es aceptar hacer las paces con el miedo a la carencia y al abandono, dejando a un lado las opciones que no hemos escogido sin mirar atrás.

El miedo a las críticas o al rechazo

También podemos tener miedo a ser juzgadas por nuestras elecciones y quizá rechazadas por quien nos rodea. Elegir implica posicionarse, afirmarse y saber elegir por una misma. Saber respetar nuestras propias necesidades, refuerza nuestra autoestima. Este es un buen reto, si carecemos de ella, que puede convertirse en una gran oportunidad, si elegimos vivir la experiencia plenamente.

El miedo a perder el control

O el miedo a perder el control que creíamos tener… Ante una realidad nueva, desconocida para nosotras, sentimos que ya no controlamos la situación. En general, nos gusta sentir o creer que somos las dueñas de nuestro destino o, al menos, que tenemos un cierto control. La sensación de que las cosas no dependen de nosotras nos provoca ansiedad y puede impedir que actuemos o frenar nuestra transición hacia el cambio.

Ahora que hemos identificado los miedos que podrían impedir que nos atrevamos a cambiar de vida, es posible que los materialicemos y que seamos capaces de atravesarlos, de trascenderlos. No podemos tener el control de todo, lo que sí podemos controlar es cómo reaccionamos, qué hacemos ante una situación.

Le pouvoir d’oser

Aquí tienes algunas claves para cambiar de vida, aceptar los miedos, para que te atrevas a cambiar y empezar a transformar tu vida:

Hablémoslo

Para superar y vencer los miedos, es necesario enfrentarse a ellos y hacerse las preguntas adecuadas. A veces, el simple hecho de expresar nuestros temores en voz alta nos permite desdramatizarlos y tomar perspectiva. Se trata de concretarlos y no titubear ante la idea de hacerlo.

Desdramatizar

Cambiar de vida, de trabajo, de amor, de lugar de residencia o de hábitos son solo distintos capítulos de nuestra vida. Son coyunturas que nos permiten construirnos de la forma más próxima a nosotras mismas, experiencia tras experiencia. Y después de todo, nada es definitivo, si hacemos cambios es a mejor, ¿no? Siempre hay tiempo para volver a cambiar y retomar un nuevo camino, porque nunca paramos, esa es la naturaleza intrínseca del juego de la vida.

Saca provecho de ello

Una buena patada en el culo nos permite muchas veces dar un paso gigante hacia nosotras mismas y hacer cambios positivos en nuestra vida. (Ahondaremos en ello en nuestro artículo sobre la separación: ¿Cómo superar una ruptura amorosa?). Aceptar encontrarnos en nuestros miedos, inestabilidades y/o heridas, es también domarlos para transformarlos en herramientas que nos ayuden a confiar en nosotras mismas y en la vida. ¿Y si todo estaba previsto para que saliera bien? ¿Podría ser un ángulo también para que te aproximes a tu propia visión de la vida?

Sé objetiva en cuanto a tu experiencia

No es ni la primera ni la última vez que te atreves a cambiar de vida… Echa un vistazo al camino recorrido, a las experiencias vividas hasta ahora y date cuenta de que ya lo has hecho antes y que puedes hacerlo o rehacerlo.

Compartir con otras personas

Saber que otros han pasado por lo mismo y que les ha ido bien puede ser tranquilizador. La experiencia de otras personas puede ayudar a calmar el miedo a lo desconocido, aunque cada historia sea única.

Acepta que no eres perfecta

Atreverse a cambiar y transformar tu vida implica ceder el mando. No saber, no conocer, no tener el mando es también aceptar equivocarse y, por tanto, no ser perfecta en todo. Esto está perfectamente bien. Vivir es crear, cambiar, modular, ajustar, probar, degustar para conocernos mejor a nosotras mismas y a nuestras necesidades. Es un camino por el que marchamos para explorar, en ocasiones, senderos paralelos para probar y quizá perdernos, por un instante, para retomar a continuación nuestro camino. Anima bastante este derecho a cometer errores, ¿verdad?

Atrévete a ir a tu propio ritmo

Esta puede ser la clave más importante… Atreverse a cambiar también se puede hacer poco a poco. Al crear transiciones y etapas, el cambio puede producirse de forma muy cómoda. Es una falsa creencia el pensar que es complicado, difícil y doloroso. Por qué no ir acompañadas de puntos de referencia familiares y que nos tranquilicen mientras avanzamos por el cambio. Es el momento de escucharnos, de cuidarnos, de mimarnos como mimaríamos a la niña que llevamos dentro, cogerle de la mano y hacerle un guiño al doblar la esquina: «Ya verás, todo va a ir bien, todo va a salir bien». Esto es lo que necesitamos para empezar una nueva vida y atrevernos a cambiar: calmar nuestros miedos, atravesándolos de manera consciente y con confianza.


El poder de atreverse

Sortir de sa zone de confort

Atreverse a cambiar de vida es la manera de encontrar nuestra voz interior, nuestro instinto para fijar en nosotras mismas esa confianza que nos falta en tantos momentos.

Empezar de nuevo es atreverse a ser una misma, es tener el valor de ser la creadora de tu propia vida. Es atreverse a (re)convertirte en la soberana de tu propio reino, de verdad, ignorando las miradas y comentarios de los demás.

Dar un cambio significa aceptar deshacerse de los miedos, los condicionantes sociales, educativos y familiares. Es atreverse a hacerlo a cualquier precio, sin importar nada más. Dejar de conformarse con lo poco o lo mediocre para ir hacia el YO pleno, el gran YO con el que alcanzar la plenitud y realizarnos.

Atrevernos a transformarse y no saber lo que nos espera, nos da la oportunidad de convertirnos en la mejor versión de nosotras mismas, la que nos hará felices al levantarnos y al acostarnos, ¡no importa quién esté ahí!

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