De ninguna forma aceptó ser prisionero. Conspiró con sus compañeros de celda para trazar un plan de escape. Cuando llegó la gran noche, Churchill, todo un caballero, dejó una hilarante nota de despedida a sus captores. Aquí la tenéis, la versión en inglés y en castellano. Todo un regalo.

“Tengo el honor de informarles que como no considero que su Gobierno tenga derecho a retenerme como preso militar, he decidido escapar de su custodia. Lamento no poder ofrecerles una despedida más ceremoniosa o personal. Tengo el honor de ser, señor, su más obediente servidor, Winston Churchill”

« I have the honour to inform you that as I do not consider that your Government have any right to detain me as a military prisoner, I have decided to escape from your custody. Regretting that I am unable to bid you a more ceremonious or a personal farewell, I have the honour to be, Sir, your most obedient servant, Winston Churchill. »

En definitiva, ¡todo está en la clase! Pero la historia no terminó ahí. Y es que si logró escapar de prisión saltando el muro, aún debía encontrar la forma de sobrevivir. El Sr. Churchill, por tanto, decidió seguir a pie las vías del ferrocarril y abordar los trenes que por allí pasaban (sin billete, claro). Sobrevivía como podía robando algo de comida por aquí y por allá. Finalmente, terminó llamando a la puerta de John Howard quien, afortunadamente para Churchill ¡era inglés! A la izquierda, puedes ver un docuemto con la recompensa ofrecida para quien lo encontrara.